domingo, 17 de marzo de 2013

Alegría y sufrimiento por las calles de Barcelona

Llegó el día, aunque mejor dicho los días. Desde que faltaban 17 días para el maratón de Barcelona he ido poniendo en Facebook una cuenta atrás y cada día lo he ido actualizando. En twitter seguía la cuenta del maratón y los últimos días fui colgando vídeos de motivación, para mí y para otros que como yo nos enfrentábamos a la prueba reina, entre ellos mi preferido, el de mi amigo Lucho Runner.

El lunes hubo una mala noticia, la perdida de un ser querido del amigo Paco, y decidimos darle nuestro cariño y afecto en el maratón. La semana transcurrió con menos nervios de los esperados, aunque con mucha ilusión a cada día que pasaba, fotografiaba las líneas azules que indicaban el recorrido del maratón, las señales de prohibido estacionar ese día, veía pasar autobuses con la publicidad del maratón, etc. todo eso hacía crecer esa ilusión y la sonrisa que dibujaban en mi cara, era parecido a cuando eres niño y esperas a que lleguen los reyes magos a casa. Barcelona se transformaba para recibir unos 18.000 corredores que vendrían a la ciudad, llegados de todo el mundo.

El viernes fuimos Félix y yo a recoger el dorsal, aunque como siempre pasamos por la feria del corredor deprisa y corriendo, esta vez la culpa fue mía, decidí hacerme el masaje de las piernas previo al maratón ese día y el tiempo que nos quedó para visitar fue escaso, unos 30 min. recoger dorsal y visitar cuatro stands.


La semana había ido más o menos bien, pero a veces las cosas no salen como uno espera y la vida te las complica un poco más. Toda la semana pendientes del tiempo que nos iba a hacer en el maratón y de imprevisto mi hijo cae con fiebre el sábado por la tarde, un duro golpe anímico para mí, mi mujer e hijos no vendrían a la carrera más importante del año. Mi padre por su parte, me confirmó que estaría a las 6:00 de la madrugada después de trabajar, menudo hombre, 7 horas trabajando en el bus durante toda la noche y venía a verme y a ayudarme en lo que pudiese sin dormir.

Por la noche antes de acostarme, recibo una llamada, mi amigo Lucho Runner me llama a través de Skype, hasta ahora nuestros contactos habían sido por Facebook, Twitter y en la última semana por Whatsapp, pero ahora teníamos la posibilidad de hablar. Fue genial, hablamos de maratones, carreras, de sus vídeos y tuvimos algunas bromas con la actualidad. Una de las mejores inyecciones de moral a pocas horas de salir, esta muy importante para mí y desde Argentina.

Sonó el despertador a las 5 a.m., hablé con mi mujer, el peque seguía con fiebre y ya era inevitable el irme solo con mi padre. Desayuné obligándome un poco, entre los nervios y la situación familiar no me entraba nada, todo esto en contraste con las fotos que me enviaba el amigo Félix con sus grandes platos de arroz, un crack.

Llamó mi padre y comencé a arreglarme, hoy estrenábamos camiseta nueva en el equipo, camiseta azul de tirantes con logo en blanco. Una vez todo listo entré a darle un beso a mi hija que aún dormía, luego fuí a mi habitación donde estaba mi mujer con el peque, me despedí de ella, emocionados, me deseo suerte  y  con esa imagen me dispuse a salir de casa y nos fuimos al metro.

La salida era a las 8:30 y para mi sorpresa llegamos una hora antes, decidimos acercarnos a un bar en el Paralelo y nos tomamos algo con Félix y unos amigos de él, mientras veíamos un poco el televisor donde la F1 era la protagonista. Aproveché para ir al baño y los nervios empezaron a apoderarse de mí, los minutos volaban y sin darme cuenta eran las 8:10 y todavía estabamos allí. Salimos hacia los cajones, nos colocamos un lazo negro en memoria a la madre de Paco, nos hicimos las fotos de rigor y me despedí de mi padre con un fuerte abrazo, mientras me dirigía a la salida tuve un último pensamiento para mi mujer y mis peques.

Comencé algunos estiramientos dentro del cajón, cuenta atrás y la canción de Freddy Mercury con Montserrat Caballé, Barcelona, no sonaba, empiezan a moverse todos los corredores que hay delante mío, me ajusto el reloj, miro que el cinturón con los geles este bien sujeto y empieza a abrirse un pequeño hueco entre los corredores que tenía delante, unos metros antes de pasar por el arco de salida, comienza la canción de Barcelona, este es el empujón que necesito para empezar.


Primeros metros comienzo a buscar a mi padre pero entre tanta gente es una tarea imposible y me dedico a lo que he venido a hacer, correr y hoy me voy a hartar, concentración e intentar mantener un ritmo de 4´30" cruzo Plaza España y subimos los 2 primeros km. por la calle de Sants, aunque hace un poco de subida, ahora mismo es imperceptible, y de momento mantener el ritmo es relativamente fácil. Giramos a la izquierda por avenida Madrid y subimos un trozo de Numancia para buscar Travessera de les Corts, aquí llego al estadio del Camp Nou, pero no está Messi, ni Puyol, ni nadie del F.C. Barcelona para animarnos, con la de veces que he ido yo a animarles al campo, jajaja. Le damos una vuelta al campo y subo por Joan XXIII en busca de la Diagonal, este año toca bajarla y aprovecharé este tramo para ir un poco más rápido y ganarle unos segundos al crono.

Me acerco al kilómetro 9, ahora estamos por Avda. Sarrià, aprovecho para tomarme el primer gel, todo sigue en orden quiero prevenir un posible desgaste e intentar alargar todo lo que pueda el muro, aunque el trabajo ha sido durante la semana, desde el miércoles comencé la carga de hidratos y los depósitos tienen que estar llenos.

Cojo agua en el avituallamiento, y me dirijo a la calle Tarragona, por allí existe la posibilidad de encontrarme con mi padre, las calles están abarrotadas de gente y de animaciones, todo esto ayuda a seguir con una sonrisa. Veo a mi padre casi por casualidad y encaro Gran Vía, ahora es llano y tenemos un buen tramo, cerca de 2 km., hasta llegar al Passeig de Gràcia, una vez allí toca subida, casi un kilómetro, y giramos en Rosselló, alcanzo el kilómetro 16 y bajamos Sardenya para pasar por delante de uno de los monumentos más emblemáticos de Barcelona, la Sagrada Familia, por aquí busco al amigo Paco que hoy venía a hacer parte del recorrido en bicicleta y sacar algunas fotos, no lo encuentro.
Sigo por Valencia y llego a Avda. Meridiana, ahora toca sufrir un poco, hay que subir poco más de 2 km. y las piernas comienzan a notar cansancio, alcanzo el kilómetro 20 y giramos para volver a entrar por Meridiana pero esta vez toca bajar y pasar por el arco de Media Maratón. Con tanta gente leo el siguiente cartel: "Chuck Norris never ran a Marathon" imposible no esbozar una sonrisa.

Sé que tengo que aprovechar este pequeño descanso bajando Meridiana para ganar tiempo a lo que cada vez veo más inevitable, el muro, intento no pensar, todavía estoy bien y voy por el kilómetro 24 en Gran Vía, estoy cerca de Prim y el año pasado en este punto empezó un poco de bajón, por ahora aunque cansado estoy bien y todavía hay fuerzas. En estos pensamientos se acerca un corredor de entre la gente, me lanza una pregunta: " Yo a ti te conozco, no?", no me lo puedo creer, es Alfredo!!!! se pone a mi lado y comienza a preguntarme: Como estás? Como lo llevas? Tú no hables ya hablo yo!!!. Aún no sé cómo quería que le contestase sin hablar, ja ja ja, todo un crack, no paró de animarme, cada metro había una palabra suya que me llevaba más cerca de la meta. Comienzo la Diagonal, pero este año no lo pase mal, tenía a mi lado a Alfredo, al final de la calle sabía seguro que estaba mi padre, pero aquí tenía un pensamiento pendiente, mi amigo Carlos me dijo que pensase en él durante la subida de Diagonal, no es un tramo duro pero después de 25 km a un buen ritmo, es como subir la más empinadas de las cuestas, y eso junto con Alfredo a mi lado se convirtió en el mejor de los geles.

Casi llegando a la torre Agbar por fin vi a Paco, con su bicicleta, su casco y la cámara de fotos en ristre, llegó el momento de mostrarle mi afecto, el corría con nosotros ese día.


Vi a mi padre le sonreí, sabía que él lo agradecería, el año pasado sufrió al verme la cara en este tramo y yo hoy estaba bien, aunque sabía que lo peor estaba por llegar.


Comencé a bajar Diagonal y aunque quería aumentar el ritmo vi que ya comenzaba a ser difícil, incluso en bajada ya no podía pasar de 4´40". Llegué al Passeig Taulat, y Alfredo se despidió, quedaban 10 kilómetros y ahora empezaba lo duro, de momento todo sería llano, excepto un pequeño repecho de pocos metros que castigaba un poco, pero los 2´que llevaba de ventaja sobre el tiempo que quería hacer comenzaban a menguar.

La sensación en el cuerpo es indescriptible, tienes una lucha interior que no cesa hasta el final. Mis piernas chillaban para que parase, mi corazón seguía bombeando sangre aunque pedía descanso también, pero la cabeza seguía dando ordenes de no parar.

Llegué al kilómetro 34,en breve comenzaría la subida por la calle Marina, pero antes otra cara conocida, allí estaba mi amiga Wai-shan, dando ánimos a todos los corredores, cuando me vio comenzó a gritar mi nombre, la saludé y avancé como pude, parecía que llevaba piedras en los pies. Llegué a Marina, los 2´ se esfumaron, y empecé a perder tiempo, ya solo una idea en la cabeza, bajar todo lo posible el tiempo del año pasado y buscar un ritmo cómodo aunque fuese muy lento intentado llevarlo hasta el final.

Antes de girar en calle Pujades, volví a ver a Paco, no sé si preguntó algo, o me dijo algo y no sé si le contesté, lo único que logré escuchar fue:" No me falles, te espero en el Passeig de Colón" creo que me vio bastante mal para decirme eso, pero giré Passeig de Sant Joan y miré hacia delante, allí se levantaba el Arco del Triunfo, intenté acelerar para pasar por debajo como si el final estuviese allí, no sé si lo logré, pero me dio un subidón para encarar Ronda Sant Pere, todos los días paso por aquí con el bus y eso me hizo sacar una pequeña sonrisa al pasar por la cafetería de Granjas la Catalana, donde cada tarde me tomo mi café con leche y croissant, lo que daría yo ahora por uno de esos.


Llego a Plaza Catalunya, el bullicio es enorme, aplausos de gente que desconozco me llevan en volandas, escucho gente que dice el nombre de los corredores, pero nadie dice el mío, agacho la mirada y entiendo el porqué, llevo el dorsal doblado. Aún no entiendo ese ataque de celos pero después de tantos kilómetros a nadie le amarga un dulce, lo dejé como estaba y pensé, "Tu has venido a correr y hay que preocuparse por acabar". Pasé por delante de la catedral, allí se mezclaba gente que venía a animar, curiosos que no entendían muy bien que pasaba y gente extranjera visitando el edificio y haciéndose fotos.

Bajé Vía Laietana, intentando recuperar algo de chispa, y creo que lo conseguí. Llegué a Passeig de Colón,  todo llano y mucha gente, por un momento ya no pienso en que estoy corriendo, cerca está el monumento a Colón y tanta gente hace que se me olvide, de repente escucho unos gritos que decían mi nombre, el dorsal seguía doblado tenía que ser alguien conocido, al llegar veo una visita inesperada, mi tío Juan y mi tía Lourdes animándome desde el lado derecho, apenas me da tiempo a saludarlos y sigo hasta llegar debajo del Paralelo.

Y llegó el momento más temido pero a la vez el más ansiado, el Paralelo, 2 km. de subida y luego la recompensa de volver a ser maratoniano, pero todo lo que creía haber recuperado de energía bajando Vía Laietana, lo perdí al poco de comenzar la subida, pero el final estaba cerca y no iba a desfallecer, mucha gente a mi alrededor ya se iba parando, miré mi reloj, el ritmo 6´00", pero un ritmo que me permitía avanzar, aunque muy despacio.

Conseguí llegar a Plaza España, 200 m., todo a mi alrededor carece de importancia, ese momento es mío, mi padre me grita a escasos 5 metros, pero yo no le oigo, a mi cabeza llegan todos los que me han acompañado durante la carrera en mis pensamientos, Carlos, Lucho, mi abuelo que lo recuerdo siempre en algún momento de una maratón, mi madre y mi padre, pero sobre todo de mis hijos y  Reme, que hoy no ha podido venir a animarme como en cada carrera, me acordé de ella y del beso de despedida que me dio por la mañana emocionada por no poder venir, esos últimos metros son para ellos.


Paso por meta, por fin, he hecho muy buen tiempo, pero antes de que pueda mirarlo, se acerca Félix, hace mala cara pero se le ve satisfecho, le pregunto su tiempo, 3h 10´ me responde, apenas puede andar pero no sabe lo bien que estará los próximos días saboreando ese tiempo en su primera maratón. Yo miro el mío, 3h 20´35", que gozada, quiero disfrutarlo cuanto antes con los míos. Buscamos a los amigos de Félix y a mi padre, los vemos a ellos pero a mi padre no lo veo, les pregunto donde está y salgo en la dirección que me dicen, pero no puedo correr más. Nos fundimos en un abrazo y le digo mi tiempo, me encanta verle la cara a mi padre, se le ve orgulloso.

Meto las piernas en la fuente, el agua está fría, pero el alivio es casi inmediato y una sonrisa sale de mi cara, lo volví a conseguir, en estos días se me ocurrió una frase que expresa lo que pienso en este momento." Solo por el hecho de volver a sentirlo, vale la pena volver a intentarlo" y sí volveré a intentarlo cada vez que pueda y me dejen mis piernas.


Me vestí e hice lo que más ganas tenía de hacer, llamar a Reme. Al oír su voz, se me hizo un nudo en la garganta, era tan feliz, que solo pude balbucear: "Dile Aaron que tengo su medalla" y "Vuelvo a casa". Ella por su parte me sorprendió diciéndome el tiempo oficial, estuvo siguiendo toda la carrera por internet. Luego llamé a mi madre, también se sorprendió del buen tiempo y me dio la enhorabuena estaba muy contenta. Acto seguido cogí el teléfono y llamé a Carlos, estaba tan contento que necesitaba decírselo y darle las gracias por esas palabras el día anterior que me motivaron y me sirvieron de ayuda para subir Diagonal.

Nos metimos en el metro y buscando alguna noticia sobre la carrera para saber quien había ganado y si Jaume Leiva había conseguido el tiempo que necesitaba, leo una desagradable noticia, la muerte de un corredor de 45 años y vecino de L´Hospitalet, muchos ánimos para los familiares y amigos, descanse en paz.



SALUD Y KILOMETROS !!!






2 comentarios:

  1. Enhorabuena Javier. Emocionante crónica para un más que merecido resultado. Como dice un amigo, merece la pena luchar por un sueño! Enhorabuena campeón! Salud y Kilómetros!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Carlos !!!

      Mucha suerte en el maratón alpino el 16 de junio, con ganas de leer esa crónica amigo. Espero que tú sueño se cumpla entrando a meta con una sonrisa.

      Un abrazo campeón !!!

      Eliminar