Después de un verano lleno de trabajo y entrenos a altas horas de la noche, llegaron las vacaciones, y con ellas la casi ausencia de entrenamientos, eso hizo que esta carrera fuese un mero divertimento y que la afrontase como una fiesta o un entrenamiento para ver en que nivel me encontraba después del descanso estival.
En la semana previa a la carrera, tres entrenamientos para saber si podría acabar la carrera, que era una de mis motivaciones, la otra motivación era la de estar dentro de una carrera. Quien corre sabe a que me refiero, pocas cosas hay al subidón antes de que den la salida y la ilusión de cruzar una meta, ante la mirada de tu familia.
Siempre voy con mi mujer y mis peques y durante el trayecto nos vamos organizando. Como será la carrera, por donde estarán o si algunos de los peques se decidirá acompañarme en los últimos metros de la carrera. Pero hoy nos acompañaba un compañero de trabajo y gran amigo.
Paco me estuvo acompañando durante los entrenos nocturnos del mes de julio , junto con los compañeros Alfredo y Félix ( Vampi-Runners ) y se decidió a correr la Mercè. A la salida del metro foto para dedicar a mi amigo Lucho que tiene un lema que se está extendiendo entre corredores de todo el mundo " La Victoria está en el corazón".
Nos preparamos y me despido de mi mujer. Una vez colocados cada uno en el cajón de salida, me dispuse a esperar a Paco para ir juntos los primeros metros, pasamos por debajo del arco de salida, nos deseamos suerte y salió disparado. Por mi parte intenté coger un ritmo que me permitiese acabar la carrera sin muchos problemas.
Los primeros 5 km. fueron bastante apacibles, incluso mejor de lo esperado para el poco entrenamiento realizado en el últimos mes. Pero como me dijo un amigo, el músculo tiene memoria y los míos parece que se acordaban bien de correr y del recorrido de la carrera.
Después del avituallamiento, empecé a notar el cansancio e intenté no acordarme de lo que me faltaba, porque cuando la cabeza no rinde el cuerpo no avanza.
Y llegó la subida al Paralelo. Desde que hice la maratón de Barcelona el nombre hace que me tiemblen las piernas, aunque no es una subida pronunciada, en según que carreras se te puede atragantar, la fui haciendo y cuando llegué a Pza. España me esperaba mi hijo para acabar esos últimos metros, bueno se puede decir que al final tampoco podía acabarlos y lo tuve que entrar en brazos, un pequeño esfuerzo que en aquel momento hizo que al entrar a meta entrase sin fuerzas.
Al final foto con amigos y con alegría porque ya había acabado otra carrera. Paré el reloj en 47'46"
SALUD Y KILOMETROS !!!
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